Has tenido un día terrible donde todo parece salir mal? Lo más natural es que cuando es así estés de súper malas y te quieras desquitar con el mundo. Antes de enojarte y mal gastar tu energía, lee esto...
Algunas veces tu día comienza con los gritos desesperados de tus hermanos para que dejes el baño libre, o las discusiones con tu hermana para que no use tu ropa sin permiso.
Sea por el motivo que sea, hay días que sientes que todos se pusieron de acuerdo para llevarte la contraria. Otros días simplemente amaneces enojada y tienes ganas de discutir.
A veces te sientes con la autoestima por el suelo, fea, insegura, tienes problemas en la escuela y en tu familia no sabes con quién contar. Todo esto hace que tengas una actitud defensiva todo el tiempo y a veces irritante.
Cuando llegamos a la adolescencia, parece que nuestros padres ya no nos entienden: tenemos problemas y chocamos con ellos por horarios de llegada, novios, salidas con amigos, uso del teléfono y muchos temas más. ¡Parece que se olvidaron de cuando tenían nuestra edad!
Pero la realidad es que nuestros padres se preocupan por nosotros, quieren ayudarnos en nuestros problemas y tener una buena relación con nosotros sin discutir todo el tiempo. Sus consejos son para evitarnos muchos dolores de cabeza.
Trata de escuchar los consejos de tu familia. A mí me sirvió dejarles notas sobre cómo me siento y qué me molesta y pedirles que me respondan de ésa manera. Otras veces me siento más cómoda si tengo una salida o actividad especial con mi mamá a solas, sin el ruido de la casa, donde podemos conversar mejor y sé que me presta especial atención.
Recuerda que todos tenemos días malos y ahora mismo estás pasando por una etapa difícil por lo que es probable que tus días malos sean más frecuentes. Lo mejor es que entiendas tus sentimientos, aceptes que estás enojada y que no puedes ir por el mundo desquitándote con el primero que se ponga delante. Mientras más reconozcas tus emociones, más serás capaz de controlar sus efectos negativos.
Un modo de enfrentar la ansiedad es realizando actividades que te apasionen y te motiven, como por ejemplo: hacer ejercicio, escribir, leer, salir a pasear, aprender a tocar algún instrumento, pintar, ayudar a alguien que lo necesite o algo que ocupe tu tiempo libre y le de un nuevo sentido a tus ratos libres.
Y si después de leer este artículo aún tienes ganas de desquitarte con tu hermano menor, diviértete con nuestro juego y goléalo un rato con tu almohada.